VOGUE incluyó modelos creadas con IA y desata la polémica
- Micaela Torres

- 31 jul
- 5 Min. de lectura
En la última edición física de la revista VOGUE, dentro de sus primeras páginas, incluyeron por primera vez una editorial cuya protagonista es una modelo creada por Inteligencia Artificial, y los lectores no dudaron en expresar su desagrado.

Las opiniones controversiales no tardaron en aparecer cuando la revista VOGUE lanzó su edición física de julio con una editorial de dos páginas de la marca GUESS en donde se presenta a una modelo rubia en dos escenarios: sentada con una taza de café, vestida con un mono floral celeste, y posteriormente apoyada contra una pared con un vestido a rayas blanco y negro. Lo que pareciera ser una campaña publicitaria recurrente de la revista, pronto llamó la atención de los lectores, al notar que en la pequeña letra en la esquina se leía “Seraphinne Vallora on AI”.
Seraphinne Vallora es la compañía responsable de crear a la modelo virtual. Esta, es una de las tantas agencias de modelos creadas con Inteligencia Artificial, una de las nuevas tendencias de las empresas en la web. La agencia fue fundada por las ex-estudiantes de arquitectura Valentina González y Andreea Petrescu, quienes se especializan en desarrollar avatares humanos fotorrealistas para uso comercial.
Como cualquier agencia de modelaje, Seraphinne Vallora ofrece una lista de "modelos virtuales" para las campañas publicitarias, y desarrollan en conjunto a la imagen ideal buscada por los representantes de las marcas. Este servicio cuenta con tarifas que alcanzan las cifras de seis dígitos para clientes importantes, como habría sido el caso de GUESS.

Ante esto, los lectores resultaron anonadados. Sabemos que existe un incremento de la implementación de la IA en contextos inimaginados, incluso dentro del área de las artes, como ocurrió en redes sociales con la viralización de dibujos de nosotros mismos creados en segundos. Sin embargo, no estaba dentro de nuestras predicciones que la legendaria revista VOGUE formara parte de esta tendencia.
Es sabido que los cambios siempre son polémicos, y parte de ellos es la controversia que genera para quienes aún estaban cómodos con los métodos tradicionales. Sin embargo, cuando se trata del arte entramos en terrenos delicados. Porque a pesar de que los métodos de procesos creativos han variado a lo largo de la historia (como el pasaje de un pincel a un lápiz digital), el factor común que permanecía era la creatividad y acción humana. La real interacción entre el arte y el artista da vida, sentido y forma a una creación:
sin artista no hay arte.
Entonces, entramos al debate si la moda es arte, mucho más allá de la utilización o no de la IA. Es un debate que merece su propia crítica, pero quédense con esto: La moda es arte en movimiento, no solo se viste, se siente, porque como todo arte, transmite emociones a quien la percibe. Los apasionados de la moda (en donde me incluyo) somos fieles sintientes de las emociones transmitidas a través de la expresión de un modelo, su pose, su mirada, su confianza o desconfianza, su carisma, simpatía, goce, tensión y relajo. Ya sea a través de una pasarela, una sesión fotográfica, o un fashionfilm, parte de la moda que conocemos es cómo los modelos nos transmiten las imágenes y narrativas de las marcas. Sino cualquier humano que se pose frente a una cámara podría ser modelo de cualquier marca, y por algo no es así. Existe una conexión genuina entre la esencia de una marca y la energía y presencia de un modelo.
Al optar por una modelo creada por IA, la imagen está vacía; sin vida, sin carisma, se siente plana. Quizás el error es utilizar a este estilo de avatares virtuales para campañas editoriales, donde se busca crear un imaginario empático, y podría buscar utilizar este recurso digital para campañas de fotoproducto o catálogo, en donde no tiene una perspectiva artística sino más bien práctica y funcional: mostrar el producto en una acción sencilla.

Ahora, con esto se desata otra crítica del público: a través de esta modelo de IA se fomentan estereotipos de belleza inalcanzables, tanto que ni siquiera existe la persona que vemos en la imagen. Aquí es donde se vuelve a poner el ojo sobre cómo con ciertos modelos (anterior y posteriormente de las modelos con IA) se busca enfatizar cánones de belleza basados en medidas y características poco frecuentes en la mayoría de los compradores, por lo que resultan desalentador y conflictivo.
Pero este seria solo otro ejemplo más de cómo la moda es cíclica; estamos volviendo a las tendencias en donde se prioriza representar los estereotipos de belleza y las actitudes convencionales, buscando que el público se sienta únicamente atraído por los cuerpos más delgados y frágiles, con indumentaria romántica, característica de una femineidad estereotipada ya vista en la década de los años 50. Pero el retorno a la debilitación femenina será una temática que también dejaré para una próxima crítica.
Pareciera ser una rara casualidad el momento en el que se decide tomar este camino creativo. Siendo que las imagines generadas por IA están en auge desde principio de año, parece extraño que eligieran este momento para realizar su primera campaña con IA, a solo un mes del "September Issue" ("el asunto de septiembre"), conocido también como el "año nuevo de la moda"; el mes más importante para la industria, en donde se definen las trayectorias de las tendencias que acompañaran todo el siguiente año.
Quizás, los editores de VOGUE decidieron experimentar con los alcances de la IA, y analizar la recepción de su audiencia antes de definir en su totalidad la edición más importante de la revista a nivel anual.
De haber sido positiva la recepción del público, y de no haber efectuado ninguna critica, ¿la moda se hubiera dirigido a un cambio imparable? ¿las editoriales con modelos reales comenzarían a convertirse en un arte anticuado? ¿Y que pasa si esto se sigue repitiendo, a pesar de las criticas, buscando que los espectadores se acostumbren a los cambios de la moda?
Porque debemos recordar que realizar producciones editoriales de moda requieren, por supuesto, un gasto de tiempo y un presupuesto. Organizar una producción con fotógrafos, modelos, estilistas, maquilladores, locación, edición... son solo algunos pasos que requieren tiempo y dinero, que muchos empresarios no están dispuestos a pagar. Empresarios como, quizás, ¿Jeff Bezos?
Debemos mencionar que es, aunque sea, curioso, que esté ocurriendo esta campaña editorial a la vez que se rumorea la posible compra de la imprenta Condé Nast por parte de Jeff Bezos, el magnate creador de Amazon, como posible regalo de bodas a su ahora esposa, Lauren Sanchez, reportera de entretenimiento y presentadora de noticias.
Y a la vez tenemos el retiro de Anna Wintour como editora-en-jefe de "VOGUE Estados Unidos", siendo una de las figuras claves para el desarrollo creativo de la revista, al implementar novedosos planos, figuras relevantes y producciones ambiciosas en sus portadas. ¿Wintour se habrá retirado porque no estará de acuerdo con esta decisión creativa, y no querra ser relacionada con esta nueva etapa que se avecina?
Este es, posiblemente, el primer paso de una nueva era para la moda. Su correcta ejecución podría transformar a la Inteligencia Artificial en una herramienta útil, pero si decide desplegarse sin límites sobre los territorios del arte, podríamos experimentar un silencio de las voces creativas, y si perdemos a nuestros artistas quizás no lo notemos de inmediato pero un día, frente a una portada impecable y vacía, nos daremos cuenta de que la moda dejó de hablarnos.







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